martes, 8 de enero de 2013

Liberando el equipaje


lunes, 14 de junio de 2010


Liberando el equipaje.

 Liberando equipaje, valorando los que merecen el valor y dejándome llevar...a donde? aun no lo sé, pero lo voy a averiguar...

No es algo sencillo encontrar el camino, pero cuando sabes que algo está mal y que te está haciendo daño, solo queda hacer una cosa, liberarse de ese peso innecesario. 

Siempre me enseñaron a ser una "niña buena". Ayudar a mi prójimo y no decir cosas "malas". Siempre cargar una bandera blanca, que al parecer además debía de decir "no me enojo por nada". Por ende, esa bandera acarreaba una responsabilidad enorme, no podía sentir nada. Tenía que aceptar las cosas como vinieran y poner mi mejor sonrisa. Es una carga difícil para una niña, no creen?

Al paso del tiempo y construyendo muros de concreto, que ni yo misma podría atravesar. Fui cargando en mi mochila del pasado, miedos y preocupaciones que no existían. Solo existían ahí adentro de esa obscura y pesada maleta que iba en mi espalda, desde hacía ya muchos años. 

Cuando descubrí que venía cargando tanta basura. Me decidí a ver esos desconocidos sentimientos. Y al enfrentarlos, se iban desvaneciendo con una sutileza, que casi no me percaté que no existían. Comencé a cargar una maleta vacía de sentimientos inexistentes, seguían en mi mente, pero ya no hacían daño. Olvidé darme el tiempo de conocerme sin ellos. No sabía quién era después de soltar tan pesadas emociones equivocadas. Y cuando me vi descubrí esa maleta, pero ahora estaba casi vacía. Casi por que había mantenido un pensamiento, el creer que aun existían esos miedos. 

Me deshice de esa maleta, pero aun estaban mis muros infranqueables de concreto. Esos que yo había construido tan bien. Que hasta parecían haberse levantado por el mejor albañil, con los mejores materiales, los más fuertes y resistentes. Pero eran fríos y grises, sin vida. Los muros que intentaron protegerme y que me alejaban a mi misma, de mi...

Es así como descubro que ¿Cómo sería capaz de protegerme un muro, en el cual, ni yo misma podía pasar?. Estaba aislándome de la realidad. Me fui acercando a esos muros y noté varías grietas, manchas, marcas. No habían traspasado el muro, pero había un nuevo tipo de herida. 

En una larga búsqueda de la verdad. Encontré varias pistas en mi camino, que me fueron llevando a encontrar la manera de derribar esos enormes muros. No fue fácil, fueron muchos años, muchas lágrimas derramadas, gritos de confusión y nuevos miedos que se desvanecían pronto. Una y otra vez terminé en el suelo, cansada de intentar golpear y derribar esos muros lastimados. Pero esa no era la forma. Luego entendí que debía enfrentarme de la misma manera que me enfrente a mis miedos. Ver cara a cara a las circunstancias que me habían hecho hacer esos muros. 

El sentimiento no era como si los muros se derribarán, como en el muro de Berlín. No, era más bien una sensación de disminución. Como si los altos muros de concreto, ya no fueran tan altos. Se iban reduciendo con cada descubrimiento. Cada vez que enfrentaba lo que me había sucedido y lo aceptaba, se hacía más débil, perdía valor e importancia. 

Cada vez era más y más difícil. Los recuerdos no estaban frescos, muchos estaban escondidos en el inconsciente. Y uno, el más doloroso, estaba bloqueado con candados y resguardado entré la más espesa obscuridad...

Hoy aun sigo buscando la manera de encender el faro. Sigo buscando las llaves para esos candados y siguen los recuerdos de esos muros. Pero ahora son más como una barda fácil de brincar. Pero que solo yo puedo acceder. 

Lo más complicado de el auto-conocimiento, es eso, conocerse. Cuando has logrado entrar nuevamente al mundo donde estaba tu niño interior, sigue el reconocer el entorno. Es como una presentación formal con tu YO interno, con la verdad que existe dentro de ti, sin mascaras ni falsedad, plenamente tu, en esencia. Todo lo que creías que era cierto, resultaron ser una base de personalidad y ego que te cuidaban erróneamente. La esencia es algo mucho más profundo, puro, lleno de amor y ligero. 

Lo más extraño es que a pesar de que todos nos sentiríamos mejor viajando por está vida, dejándonos llevar por nuestra esencia y no por nuestra personalidad. Nos confundimos y seguimos lastimándonos nosotros mismos. Seguimos disfrutando el ser víctimas, parece incluso que nos encanta sufrir y lo hacemos como eruditos. Muchos dicen que es parte del ser humano, pero yo me pregunto ¿No venimos a aprender a está vida? Aprender significa, crecer, mejorar y seguir adelante. Si nos atascamos y conformamos con lo que la sociedad nos dice, nunca llegaremos más allá en esté ciclo. 

Cada vida es una oportunidad de sabiduría, hay quien la aprende y quienes solo pasan de largo. 

Yo me cansé de pasar de largo y me detuve un instante para encontrar esa sabiduría. Aun me falta mucho recorrido, mucho que aprender y tanto por entender. Pero ya voy en ese camino. A donde iré? Aun no lo sé, pero ya no me detendré, sigo en esa búsqueda continúa, sigo viviendo.

¿Y tú?

Berenice Alós




1 comentario:

  1. Un dibujo nunca es díficl de crear, si lo que se dibuja no es a uno mismo.

    La fortaleza mas grande que una persona puede tener es el conocimiento de sí mismo.

    saludos; espero que realmente tengas una disciplina para continuar con lo que dices.

    La parte "crítica literaria" esta en tu inbox del face.

    Alberto.

    COMENTARIO DEL ESCRITOR

    Este artículo existió en otra página que dejó esté tipo de estilo. Decidí no perder está historia pegándola en mi Universo.

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