domingo, 23 de mayo de 2010

Por vocación


Hoy quiero compartir mi experiencia y el re-encuentro con mi 

vocación. 

Comienzo diciendo que soy una mujer con mucha imaginación, alguna vez me 

dijeron "soñadora", por que mi mundo se componía de un doble universo, el real y 

en el que vivo con mi esencia. Creo que mi forma de ser siempre fue algo extraña; 

pero quien es normal, me pregunto yo. 


A menudo, cuando era una niña, me sentaba a escribir. Creo que desde que aprendí la magia que podía crear con mis palabras escritas, comencé a escribir y jamas me he detenido. Se convirtió en la mejor manera que tenía para expresarme y para decir las cosas que tenía escondidas dentro de mi ser. Escribía cosas simples, muchas veces demasiado cursis, ¿pero qué podría esperar de una niña de a penas 6 años?. Aun recuerdo uno de mis poemas de esa edad, se llamaba "El mundo de los corazones", se los dije, cursi. Pero lo que rescato de ese poema, es el gusto que tenía por escribir desde muy pequeña. Siempre fue algo que me dejaba salir de lo caótico, me desconectaba de cualquier malestar, solo escribiendo podía plasmar mi otro mundo.



Mientras fui creciendo salieron muchos poemas. Muchos de ellos dedicados, otros forzados y cualquier cantidad inspirados en las experiencias vividas de otros. Necesitaba muchas veces escuchar vivencias de conocidos, para adentrarme a un cuaderno y ponerme a escribir. Solo era necesario que me relataran su historia, pero sobre todo sus emociones, para que yo me transportara directamente a mi mundo y pudiera contar en un poema o pensamiento su momento.

También recuerdo la clase de ética, donde el profesor me pedía mesura al contestar los exámenes. Ya que me perdía escribiendo hojas y hojas de respuestas a preguntas sobre moral y sociedad. Era inevitable que yo dejara de escribir, me encantaba poder expresar mis pensamientos y saber que alguien más los leería, en esté caso el profesor, que lamentablemente y a pesar de sus advertencias tenía que aguantar mis exámenes larguísimos, pero al final y a pesar de todo, resultaba con una excelente calificación, junto con una nota que me alentaba a no dejar de escribir; "Excelentes observaciones, no cabe duda que es usted una alumna muy inquieta por comunicar y ¿quién soy yo para frenarla en su búsqueda por el saber?" Y aun así, siempre me pedía mesura para escribir en mis respuestas.

Debo decir, que los momentos más difíciles que he tenido para escribir, es cuando he sentido esa fuerza intensa que te abraza todo tu ser, con un calor constante que te sumerge a un estado de inconsciencia y levedad absoluta, provocando un sentimiento de dicha y felicidad, el amor. Cada vez que el amor a tocado a mi puerta, me conduce a lo inexplicable, literalmente. Me es imposible describir el sentimiento, las palabras se me hacen escasas, diminutas, faltas de consistencia, vacías. Simplemente no existen suficientes palabras, ni significado de ellas, que puedan describir la increíble emoción que produce el sentimiento de amar. Pero puedo escribir sobre ello, lo sé. Pero nada se compara con la realidad, nadie ha escrito algo que pueda siquiera acercarse al sentimiento sublime que te intoxica cada espacio de todo tu ser, nadie podría entender el amor sin haberlo vivido y no hay escrito que lo defina como es. Al principio, cuando encontré este divino descubrimiento, me sentí frustrada ¿cómo haría ahora para describir lo que siento? Pues escribí eso, no había otra opción que escribir que no podía más que intentar describir lo que siento, aunque incompleto, haría un intento por compartirlo.





Existió un momento de mi vida que perdí las ganas de escribir. Tal vez fue una promesa injusta que le hice a un amor. Cuando le comenté lo que me sucedía, él me recordó está promesa que yo había olvidado en mi subconsciente y me liberó de mi privación que erróneamente me había provocado. Es cierto cuando dicen, que el peor enemigo puede ser uno mismo. Yo me había limitado a mi misma de mi motivación más fuerte, del gusto que me provoca felicidad.


Hoy luego de mucho tiempo retomo esté don que tengo y que me provoca tanta satisfacción. Me esfuerzo por ejercitar y mejorar mi manera de expresarme. Incluso pienso en afinar y alimentar con técnica profesional mi vocación, ya que quiero entrar a estudiar algún diplomado que me ayude a mejorar y ser una gran escritora algún día.

A base de estos blog´s y en Exprésate de facebook, he intentado explorar nuevas maneras de compartir mis ideas y al mismo tiempo, practicar mi escritura. No pienso dejar nunca más esté don que Dios me ha regalado, mi vocación. Y por eso seguiré escribiendo lo que tengo en mi mente, mi corazón y mi alma. Esperando siempre que algún día reciba un comentario y la satisfacción de saber que hay gente que está leyendo lo que escribo, pero sobre todo, que les gusta.

Por vocación, escribo. Y pensé en crear "El Universo de Bere" para no perder lo que Dios me ha regalado. Espero que te guste y que siempre que leas algo escrito por mi, recuerdes que lo hago con amor y espero que tu también lo sientas. 



Ah! Y como decía en radio: Espero que encuentres a ese AMOR PERFECTO!


Comentó
Berenice Alós

1 comentario:

  1. No se que decirte, porque luego te enojarás conmigo, si digo algo malo, y pues por algo bueno no hay problema, pero, ya no se como decirte algo....

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